Mi vecina prefiere garchar duro hasta llegar al sadismo!

El dorima de mi vecina o es boludo o no quiere ver lo que pasa en su casa. La muy puta aprovecha todas las mañanas, ni bien el boludo se va a laburar, para golpear la pared que tenemos de medianera en común. Esa es la señal para avisarme que ya está sola en la casa. Es ahí cuando yo me voy derechito a pasarla bomba con esta veterana calentona que me levanta todas las mañanas la pija y hace que descargue la leche en esa argolla hermosa que tiene. La muy puta no para de gemir con cada sacudida que le doy y eso me encanta. De sólo pensar en que me estoy garchando a la zorra en la misma cama donde duerme con el dorima, me caliente la poronga mal y me hace querer empomármela más fuerte.