Tengo un taller textil y esta pendejita es una de mis mejores costureras no sólo por su laburo sino porque me deja cogerla cada vez que se me da la gana.
Esta pendeja creo que no llega a la mayoría de edad pero así y todo vino a buscar laburo al taller textil que tengo en Villa Crespo. Cuando la vi, bien pendeja y con el culito bien parado, no pude negarme y la contraté como costurera. La puta aprendió al toque el oficio de coser, y el de entregar la concha cada vez que el patrón se lo ordena. Cuando se me cantas las terlipes, entro a la habitación donde labura la putita y le digo que pare de coser y me chupe la pija. Se ve que la conchudita precisa laburar porque nunca me dijo que no. Cada vez que me cojo a esta pendeja se me pone bien dura y venosa la pija ante semejante argolla apretada que tiene la turra. Como siempre, para no dejar todo sucio, le hago tragar la leche a la puta mientras le acaricio la cabeza y le digo lo buena empleada que es.