Se hizo rogar pero por fin la puta de mi jermu me entregó el orto para que se lo rompiera de una buena vez por todas.

Mi jermu me hizo sufrir bastante para entregarme el orto. Tanto es así que hace años que se lo vengo pidiendo y ella negándomelo con diferentes excusas que ya ni me acuerdo cuáles fueron. Cuando por fin me habilitó el ojete para que se lo hiciera, y aún habiendo pasado años desde que se lo pedí por primera vez, la muy turra tuvo el tupé de pedirme que fuera despacio porque lo que más le preocupaba era que le doliera. Ahora bien, cuando la vi en cuatro y con las gamas bien abiertas, lista para que me la volteara por el hoyo, no pude pensar claramente y es por eso que le enterré de una y sin previa ni nada, mi poronga por el rosquete, directo a rompérselo todo.