Mis cuñadas no serán las más lindas del mundo pero sí las más putonas y viciosas de la pija que conozco.

Por suerte para mí tengo a este par de queridas cuñadas para hacerme alta fiesta cada vez que me pinta. Las dos son solteronas y siempre le envidiaron todo a su hermana, es decir a mi jermu. Es así que, cada vez que se me cantan las pelotas, en lugar de andar gastando guita por ahí con alguna puta de turno, aprovecho para ir a visitar a mis cuñadas y sacarme las ganas de ponerla fuera de casa. Las dos se turnan para que me las empome y por lo general ambas quieren que les acabe en la jeta, es por eso que cuando estoy a punto de largar la crema, las hago arrodillarse frente a mí a que esperen a que me salga la leche sobre sus jetas como dos perras en celo.