Mi hermana es demasiado puta y siempre me pide pija

 Recién había llegado del laburo y me tiré un rato en la cama hasta
que llegara la hora de la cena. En eso parece que mi hermanita llegó
de la escuela bastante caliente porque cuando me desperté, la
pendeja estaba sobre mí haciéndome terrible paja bien suave con una
mano, y con la otra se iba colando los dedos por la argollita. Al
verla toda caliente y bien zarpada, la pendeja entendió enseguida
que no me iba a oponer a lo tenía planeado, así que enseguida se
metió mi poronga por la concha y empezó a moverse de atrás para
adelante bien despacio para sentir lo más profundo posible la
poronga. Se la metí tan hasta el fondo de la concha que la putita
emitió unos gemidos en voz baja para que el resto de la familia no
se diera cuenta de que estábamos garchando en la habitación.