Le rompí el anillo a mi hijita como lección de obediencia

Una vez más la pendeja adolescente de mi hija me puso a prueba y llegó a cualquier hora a casa, pese a que le dije que tenía que llegar temprano. Se fue a tomar algo con ese grupo de amigas trolas que tiene y, encima de llegar tarde, llegó en pedo. Es así que cuando entró a su habitación, yo también entré detrás de ella y le puse traba a la puerta, para poder darle una lección de respeto que no va a olvidar más. Le dije que si ella se comportaba como una puta, entonces su papá también la trataría así, y ahí nomás me la empomé bien profundo por la concha, sin parar de darle pijazos hasta sentir cómo esa argolla se contrajo del flor de orgasmo que le provoqué a la pendejita zorra.