Esta conchuda es mi novia, que estando de siete meses de embarazo y todo, no para de pedirme que le rompa la concha.

La puta de mi novia quedó embarazada al toque de que empezamos a salir. La guacha sin embargo, no para de pensar en mi pija durante todo el día. Es por eso que, desde que le di un juego de las llaves de mi casa, la mina opta por esperarme detrás de la puerta todas las tardes cuando llego del laburo, lista para tirarse sobre mí para que le termine metiendo hasta el fondo la poronga. Tan caliente está la atorranta, que cuando le meto la chota por la argolla enseguida se me resbalada hasta el tope de la cajeta, de lo mojada que la tiene. Es por eso que esta vuelta decidí filmar cómo la zorra no dejó de ser una adicta a la pija aún teniendo una panza que no la deja ni moverse.