Esta atorranta es una de las camareras que tengo laburando en un bar de San Bernardo, la puta no quiso terminar la temporada sin antes dejarse romper bien el orto.

Contraté a una cuentas camareras por el verano para que atendieran el bar que tengo en San Bernardo. Como la temporada anda medio floja, me tuve que deshacer de ellas así que las reuní y se los avisé. Cuando terminó la reunión, esta yegua fue la única que se quedó a solas conmigo y me confesó que antes de irse del negocio, quería desesperadamente probar mi pija. Al toque le di lo que tanto quería a esta putona barata y ahí nomás cerré la puerta de la oficina y la tiré sobre el sillón. Le di tanta murra que creo que la muy conchuda va a tener serias dificultades para caminar de lo abierta que le quedó la concha después de haber pasado por ese agujero mi poronga caliente.