Esta atorranta bruzuca no paró de calentarme la pija hasta que por fin me la cogí bien duro en un telo de Castelar.
Descripción
Fui a tomar algo por el Día de San Patricio con los pibes del barrio a un bar en Castelar. Ni bien llegamos, mis ojos se posaron sobre esta negra calentona que también me empezó a mirar sin disimulo. La negra estaba más buena que comer pollo con la mano así que en un momento de la noche, hice abandono de amigos, y fui por la morocha ardiente que me estaba esperando en la otra punta del local. La mina estaba tan regalada que en un ratito nomás nos fuimos juntos hasta un telo sobre la colectora de la Autopista del Oeste. Ni bien llegamos, tiré sobe la cama a la brasilera y le abrí bien las gambas, cosa de cogérmela hasta el fondo del orto sin parar hasta llenarla de leche.