A pesar del inclemente invierno mi novia me llevó a la azotea para un buen pete

Esto fue en setiembre del año pasado pero no puedo olvidar todavía la tremenda garchada que le dí a mi novia cuando el invierno nos azotaba sin misericordia, por suerte los dos siempre nos abrazamos y le agarro el culo para darnos calor, en verano andamos en pelotas pero recuerdo esa tarde en la que ella me llevó a la azotea de su casa pues sus viejos estaban en casa, primero empezó complaciéndome con un pete re copado, qué boquita tan inquieta la suya y por supuesto era mi deber de macho cogerla duro por el orto… se puso esa campera que le regalé pues el viento corría fuerte pero eso no impidió que me la chupara rico aunque la leche salió desviada a la casa del vecino.