A mi empleada doméstica fui yo el que le dio flor de cepillada bien profunda para que la guacha no llegara más tarde.
Descripción
Esta pendeja atorranta es mi empleada doméstica nueva, hija de mi antigua mucama que ya se jubiló. La hija, distinta a la madre, se la pasa llegando tarde todos los putos días, sin importarle que le llame la atención cada vez que se aparece por la puerta y eso a su vez, me demora en salir a trabajar por deberle abrir la puerta de mi casa para que limpie. Es así que esta vuelta no fui tan buena onda como de costumbre y aproveché cuando la guacha entró a mi casa para llevármela derechito hasta mi cuarto, donde la obligué a que me dejara cogerla. La piba no quería saber nada con que me la garchara así que tuve que usar la fuerza para que entendiera que no puede llegar a la hora que se le antoje.