Si hay algo mejor que enterrarle la verga a la hija adolescente de un vecino, por favor que alguien me avise.

La pendeja quedó solita en la casa porque los viejos se fueron a hacer unas compras. La verdad es que esa era la oportunidad que estaba esperando desde hacía bastante tiempo para ir a tocarle el timbre a la trolita en potencia de mi vecina. Como me conocía la pendeja confiada e abrió la puerta sin saber que ni bien lo hiciera yo me la cargaría y la llevaría directo a su habitación para sacarme las ganas de cogerme a una putita recién salida del horno. Tantos pijazos le di a la mocosa zarpada que espero que los viejos no sospechen nada cuando vuelvan y la encuentren renga de tantos sacudones que le pegué.