Pintó hacerle el orto por primera vez a la putita de mi novia y la trola no paró de gritar como una cerda.

Estaba cogiéndome a full a la puta de mi novia cuando la flaca se dio vuelta sobre la cama y se puso en cuatro. Claramente su intención era hacer un estilo perrito y nada más pero cuando vi ese ojete terrible, bien apretado y todo goloso, fue como si pudiera escucharlo pedirme que me lo garchara ahí nomás. Es por eso que, antes de que la perra en celo se diera cuenta, me la empecé a empomar por el culo sin avisarle nada. Cuando le metí la poronga por el hoyo estrecho, la flaca pegó un alto grito que supongo que todos los vecinos pudieron escuchar porque la turra no paró de gemir como una cerda.