Mis cuñadas son dos putonas sin códigos a las que me volteé a la vez mientras mi jermu estaba haciendo unas compras fuera de casa.

Las dos conchudas que tengo de cuñadas son dos perras en celo sin códigos a las que poco les importa acostarse con el marido de su hermana. Por suerte para mí las dos putonas están más calientes que una pipa así que por fin pude cumplir mi fantasía de tener un trío, en este caso con ellas. Las dos me tocaron el timbre de casa y, aprovechando que mi jermu no estaba, al toque terminamos entre los tres dándonos murra en mi habitación y viendo cómo se mataban entre ellas para ver quién era la primera en montarse sobre mi poronga, que para todo esto estaba toda dura y venosa como a estas altas gatas tanto le gusta.