Mi empleada doméstica es una yegua en celo que me cepilla la poronga cada vez que va a mi casa.

Esta correntina bien pulposa es la puta que limpia en mi casa desde hace un par de años. Y pensar que fue mi jermu la que insistió en contratar a esta hembra en celo para que limpiara una vez por semana porque yo no quería saber nada con gastar guita al pedo en una empleada doméstica. Lo bien que me vino que esta putona esté en casa porque cada vez que viene, aprovecho la volteada y el hecho de que mi jermu está laburando para cogérmela bien por todos los agujeros, especialmente por el ojete goloso que tiene, cosa de sacarme la calentura con esta correntina bruta que está más buena que el dulce de leche.