Me garché con todo y no paré de romperle la concha a esta puta hasta dejarle la argolla bien llena con mi leche.

Organizamos una despedida de solteros a uno de mis amigos, y como la frutilla del postre contratamos a esta negra dominicana, bien culona y tetona, para que nos bailara un rato antes de terminar todos juntos en un puterío. Cuando vi que la zorra zarandeaba el culo más de la cuenta, me di cuenta al toque de que la atorranta quería fiesta ella también. Es así que ahí nomás frente a los pibes, me bajé los pantalones y me empomé bien profundo por la concha peluda a esta putona que, lejos de oponerse, se me montó sobre la poronga y no paró de moverse como una profesional, hasta sacarme toda la leche que tenía acumulada después de haberla visto bailar para nosotros.