Le pegué una tremenda cogida por el orto a la conchuda de mi prima mientras se daba una ducha lo más tranquila.

La guacha de mi prima se quedó en mi casa a pasar el fin de semana junto a mis viejos y mis hermanos, sin saber que ese sería un fin de semana para el recuerdo. La guacha está hecha toda una hembra y es por eso que, ni bien vi que encaró derecho para el baño a pegarse una ducha, fui tras ella en silencio y cerré con traba la puerta del baño. Aproveché el momento en que el resto de mi familia estaba en otro lado de la casa para por fin encarar a la zorra adentro de la bañera. Cuando la mina me vio entrar en bolas a la ducha, los ojos se le iluminaron tanto que enseguida supe que la iba a pasar bárbaro empomándome a esta flor de turra.